La guerra del fútbol
La guerra del fútbol
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La guerra del fútbol duró cien horas. Número de víctimas: seis mil muertos, mínimo el doble de heridos. Cerca de cinco mil personas perdieron sus casas y parcelas. Muchas poblaciones fueron destruidas.
Como resultado de la intervención de los estados latinoamericanos cesaron ambos países las acciones hostiles, pero aún hoy hay escaramuzas en la frontera entre Honduras y El Salvador, seres humanos mueren y poblaciones son incendiadas.
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La causa real de la guerra fue la siguiente: El Salvador es el país más pequeño de América Central pero tiene la mayor densidad poblacional de todo el continente americano (más de 160 personas por kilómetro cuadrado. Falta espacio, aún más cuando la mayor parte de la tierra está en manos de las catorce familias del clan de terratenientes. La gente habla de “las catorce familias de El Salvador”. Mil terratenientes tienen diez veces más tierra que cien mil campesinos juntos. Una parte de los sin tierra y pobres había emigrado a Honduras, en donde había mucha tierra no cultivada sin dueño. Honduras (con 112 000 kilómetros cuadrados) es casi seis veces más grande que El Salvador pero tiene una población igual a la mitad (cerca 2,5 millones.) Fue una silenciosa e ilegal emigración de la que el gobierno de Honduras se hizo el de la vista gorda durante muchos años.
Los campesinos de El Salvador se asentaron en Honduras, construyeron pueblos y vivieron una vida mejor que en su patria. Eran 300 000.
En los sesenta hubo protestas de parte de los campesinos hondureños que pedían tierras. El gobierno había decidido hacer una reforma agraria. Pero como el gobierno era oligárquico, dependiente de los Estados Unidos, la reforma no tocó la tierra de los terratenientes ni la tierra de la United Fruit, que tiene plantaciones enormes en Honduras. Significaba en cambio que los 300 000 inmigrantes salvadoreños deberían regresar a su país, en donde no tenían nada. Y el gobierno oligárquico de El Salvador temiendo una revolución campesina se opuso a recibir a esa gente.
El gobierno hondureño persistió. El gobierno de El Salvador se negó. Las relaciones entre los dos países se tensaron. A ambos lados de la frontera se cultivó el odio y una campaña de desinformación en los periódicos. Se acusaron de hitleristas, enanos, borrachines, arañas, bandidos, ladrones y cosas por el estilo. Se hicieron progroms y se quemaron tiendas.
Bajo estas circunstancias se dio el partido de fútbol entre los equipos de Honduras y El Salvador. El partido definitivo se jugó en terreno neutral en México (El Salvador ganó por 3-2) Los aficionados hondureños fueron colocados a un lado de la gradería y los de El Salvador en la otra, en la mitad se sentaron cinco mil policías mexicanos armados de fuertes bolillos.
El fútbol inflamó los ánimos chauvinistas y el patriotismo trasnochado que se necesitaba para iniciar una guerra y fortalecer el poder oligárquico en ambos países.
Los salvadoreños atacaron primero porque contaban con una victoria fácil basados en un ejército claramente superior.
La guerra terminó en empate. La frontera siguió siendo la misma. Es una frontera aproximada trazada a través de rastrojos y montañas reclamadas por ambos países.
Algunos emigrantes han regresado a El Salvador, otros continúan hasta hoy en honduras.
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1969